La cantautora estadounidense y radicada en México presentó su tercer LP titulado “Even When It’s Night” durante la primera mitad de febrero, el cual conduce al oyente por un viaje emocional de cuarenta y seis minutos de duración divididos en once canciones suavemente interpretadas.

Más allá del amor, que es el responsable de que todo encaje y tenga sentido en el álbum, son la vida y la muerte, el dolor y la experiencia quienes protagonizan el tercer trabajo de estudio de Victoria Reed, quien con su distintiva voz y una serie de ritmos experimentales poco alejados del pop, logró – no sólo reflejar toda la fragilidad que la caracteriza – sino también tocar las fibras más sensibles de su audiencia.
La psicodelia construida mediante sintetizadores, guitarras eléctricas con efectos y letras mágicas están fuertemente inspiradas y dedicadas a Alto Reed, padre de la cantante, quien fue un reconocido saxofonista miembro de Bob Seger & Silver Bullet Band y falleció en diciembre de 2020. El vínculo tan especial que ambos tenían sirvió como fuente de iluminación para llevar a la artista a comenzar y culminar un álbum que recorre un sinfín de sentimientos.
“…principalmente está dedicado a mi padre mágico, quien siempre fue mi mayor admirador en el planeta, y quien siempre expresó su corazón desbordante de alegría por mi habilidad para poner lo que sea en una canción. Siento un tipo especial de consuelo al sentir que en algún lugar, en algún nivel cósmico, todavía está escuchando atentamente como siempre, pendiente de cada nota cantada y amando hasta la última palabra.»
Quizá once canciones y cuarenta y seis minutos parecen poco tiempo para abordar y asimilar el puñado de impresiones y tópicos que aborda este proyecto discográfico, sin embargo, las canciones dan pie a la interpretación personal y permiten al oyente conectar rápidamente con Reed para así, hacer que escuchar el álbum sea una grata experiencia.